viernes, 2 de octubre de 2009

Libros: Cómo iniciar y administrar un negocio de moda


Relacionándose, como se relaciona, con un aspecto de la vida humana donde el excesivo detalle o miramiento suele ser considerado como conducta superflua; durante muchos años, sabemos, los negocios de la moda y de la estética fueron juzgados como ocupaciones o intereses comerciales menores. Fueron calificados como emprendimientos relativamente vanos. Asuntos comerciales reservados solo para mujeres u homosexuales.

En este sentido, los rubros de la moda y la estética, antes que como verdaderos emprendimientos, han sido en el pasado ejercitados más bien como refugio contra la discriminación o como entretenimiento para esposas aburridas, amantes exigentes o mujeres sin vocación definida. Serás lo que seas, podría haber dicho el refrán popular, o tendrás una boutique puesta por tu marido o tu querido.

Sin embargo, los tiempos han cambiado. Y una boutique o una peluquería, como verdaderos negocios que se han vuelto, exigen hoy una persona capacitada al mando; resultan, al mismo tiempo, caprichos demasiado costosos para cualquier marido o amante sensato. La culpa, claro, la tiene esta economía cada vez más porfiada en la eficiencia y cada vez menos preocupada por asuntos subalternos. La culpa la tiene esta economía que penaliza sin piedad al emprendimiento obrado sin formación y vocación, y que no toma hoy demasiado en cuenta prerrogativas sexuales o de otra naturaleza.

En efecto: lo mismo que ha sucedido para con otras ocupaciones comerciales relacionadas con actividades preferentemente asociadas con la mujer (como por ejemplo: la cocina); ha sucedido también para con el rubro de la moda y la estética. Las nuevas épocas caracterizadas por el aprecio a la verdad de los números, han dejado atrás los prejuicios sexistas y exigen, por sobre cualquier otra virtud o contingente, la verdadera vocación y el verdadero profesionalismo.

Así, pues, tanto como la histórica relación que ha existido entre el hecho de alimentar y la mujer no garantiza hoy que una cocinera sea mejor que un cocinero (ni lo contrario tampoco); el simple hecho de ser una mujer u homosexual que gusta de los adornos, no garantiza ya, como hasta cierto punto antes lo garantizaba, una carrera relativamente exitosa dentro del negocio de la moda o de la estética. Ya que si bien es cierto que tiene la mujer o el carácter femenino una natural capacidad para interpretar estos asuntos del buen parecer y del vestir, la evolución de la economía, que privilegia en primer lugar a la lógica comercial, ha transformado a la vanidad estética en un negocio tan formidable como para que el mismo ya no pueda ser ejercido como mero refugio frente a la falta de alternativas mejores. El asunto estético, digámoslo en palabras sencillas, se ha vuelto lo suficientemente importante como para que lo manejen inexpertos.

Pese a las cifras millonarias que mueven la estética y la moda, existen, sin embargo, quienes sostienen todavía que vender ropas, “chirimbolos” o adornos, es una actividad menor reservada solo para mujeres u homosexuales. Quienes conjeturan que la vanidad es un negocio vano o que el de la moda no puede ser un negocio demasiado complejo. Si es que en verdad existen los negocios fáciles, el negocio de la moda y la belleza, no es, con mucho, uno de estos negocios. Por tratarse de un rubro en que, además de las naturales del comercio, intervienen variables que van desde las psicológicas hasta las climáticas, el de la moda, luego, es y se ha vuelto un asunto esencialmente complejo. Un negocio que, además de una enorme dosis de práctica y experiencia, exige una sólida formación teórica.

Para remediar esta falta de profundidad o seriedad con que habitualmente suelen encararse estos emprendimientos comerciales relacionados con la moda y la belleza, además de cursos, talleres, postgrados, especializaciones y universidades, existen en el mercado algunas obras especificas y de carácter técnico muy provechosas. Una de ellas, muy recomendable, por cierto, es la obra de Mercedes Cardenal y Elena Salcedo. Un libro convenientemente titulado: "Como iniciar y administrar una empresa de moda" y que, como se detalla en su presentación, tiene el objetivo de guiar a todos aquellos emprendedores que siempre han tenido la idea de crear una empresa del sector textil y de confecciones, pero que aun no han dado el "gran paso."

En esta obra, las autoras hacen una descripción detallada, paso por paso, de cuáles son las etapas por las cuales deben pasar todas las personas que han decidido crear su propia empresa de moda. Y realizan sugerencias de mucho valor para quienes desean ingresar a este mundo con buen paso. Con poderosa brevedad y un lenguaje muy accesible, Cardenal y Salcedo analizan los pormenores de este mercado y nos introducen progresivamente en la rica complejidad que presupone el desarrollo de un emprendimiento de esta naturaleza. Examinan nociones que van desde el desarrollo del producto, la mercadotecnia, las ventas, la producción, la gestión económica y financiera, y la organización, hasta la realización de un plan de empresa adaptado al especifico caso de esta clase de emprendimientos.

En suma, esta obra constituye una lectura muy conveniente, amena y provechosa para todos aquellos que desean acelerar su curva de aprendizaje en los principios de este arte y ciencia de producir y/o vender moda. Afortunadamente la gente de Google ha digitalizado algunas de sus páginas, y, antes de comprarlo, puedes echarle un vistazo en el siguiente hipervínculo:

Cómo iniciar y administrar un negocio de moda

Espero que lo encuentres interesante.

Hasta la próxima.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ing. Cecilia, me ha gustado muchisimo tu post. Me ha causado mucha gracia lo de la boutique que los maridos les ponen a sus mujercitas o amantes....pero te cuento que eso no ha cambiado mucho todavia y sigue siendo muy cierto. Es mas muchas de mis competidoraas van a perdida y no lo parece, no por que sean existosas, si no porque sus maridos les tapan el agujero para mantenerlas entretenidas vaya saber para hacer ellos que cosa!!!

Saludos y seguirè leyendo tu blog.

MARYAM de Barranquilla

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